Hidratan y refrescan. Más de 90% de la composición de las hortalizas, base de las ensaladas, es agua.
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Nutrientes. Los vegetales son fuente excelente de vitaminas que regulan múltiples procesos orgánicos, como el buen funcionamiento del sistema nervioso.
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Depurativas. La acción depurativa, desintoxicante y diurética de las ensaladas se debe al alto contenido de agua, potasio, al bajo aporte de sodio, así como de los vegetales que las componen, como a la presencia de aceites esenciales que dilatan los vasos renales.
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Protegen la piel. Las hortalizas aportan beta-caroteno, que se transforma en vitamina A, que renueva la piel y las mucosas, así como vitamina C, que mejora la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel tersa y sin arrugas.
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Regulan la función intestinal. Por la riqueza en fibra de los vegetales, una ensalada resulta laxante, previenen o mejora el estreñimiento. Además, la fibra contribuye a reducir el colesterol y el buen control de la glucemia, lo que es benéfico en caso de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
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En general, comer ensaladas aporta muchos beneficios y pocas calorías. Son ideales para todas las personas, sobre todo para aquellas que buscan su peso ideal mediante una dieta.
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Son sabrosas y nutritivas. Cuanto más colores haya en el plato de ensalada, mayor será su riqueza nutritiva y esto se traduce en vitalidad y energía.
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